De cara a 1980, las noticias en la fábrica Minarelli eran que el técnico alemán Jörg Möller dejaba la casa, Bianchi también y que se fichaba a un joven escudero para Nieto, el italiano Loris Reggiani.
La
temporada empezó en el GP de las Naciones de Misano y fué un presagio de la
suerte que acompañaría al Campeón español durante toda la temporada. Tras una
mala salida (una más, empujar la moto sentado en ella tiene estor riesgos),
además de contra sus rivales tenía que pelearse contra un casco nuevo que le
bailaba y le tapaba la visión en las frenadas. Mientras Bianchi (MBA) se
escapaba en cabeza perseguido por Bertin (Motobecane), Kneubuhler (MBA) y
Reggiani, Nieto conseguía instalarse tras ellos en una quinta posición que se
convertiría en cuarta tras una sanción a Bertin por colocarse en un lugar incorrecto
en parrilla de salida (y que volvería a convertirse en quinto tras la anulación
de la sanción concedida por la Federación semanas más tarde).
La
segunda cita sería en el Jarama, donde Nieto, mientras en la tercera vuelta
rodaba segundo tras Bertin y por delante de Bianchi, sufrió un gripaje en su
Minarelli que le obligaba a abandonar. "No creo haber forzado
demasiado. El Mundial se ha puesto muy difícil, pero espero repetir título, aún
quedan nueve carreras". Bertin se caería cuando iba en solitario con
más de 10" de ventaja y ponía en bandeja su segunda victoria del año a
Pierpaolo.
Así
se llegó al Paul Ricard, donde tras unos entrenamientos regulares (para
despistar a sus rivales) se llevó la carrera practicamente sin pelea. Cuando
perseguía al español, Bertin tuvo que abandonar con rotura del selector del
cambio mientras Bianchi valoraba los riesgos y decidía conservar la segunda
posición para no jugarse una caída que le afectara de cara al campeonato. En
tercera posición entró Reggiani, el delfín de Nieto, beneficiado por el
abandono de Kneubuhler.
En
Rijeka volvió a aparecer el infortunio y Nieto tuvo que retirarse con el cambio
bloqueado en la tercer vuelta. Bianchi sufriría una caída tan rápida como
inexplicable que, afortunadamente para el italiano no traería más consecuencia
que la pérdida de los quince puntos de la victoria que fueron para el francés
Bertin con su Motobecane. Reggiani remontaría de la última a la tercera
posición con la otra Minarelli, mientras Tormo (quien en 50cc con Kreidler Van
Veen está viviendo una situación parecida a la de Nieto, con continuos
problemas, pero con el agravante de que, curiosamente, siempre se producen en
su moto y nunca en la de su compañero Dorflinger), que llegó a rodar cuarto con
su MBA privada tuvo que retirarse con el cigüeñal roto. Corren rumores de que
MBA puede dejarle una moto oficial (o solo un motor) al valenciano para que
pueda ayudar a Bianchi en su lucha contra Nieto por el título.
El
Mundial volvía a Assen y, como no podía ser de otra forma, Nieto confiaba en
que allí no apareciera la mala suerte que, en forma de roturas le estaba
dificultando el título. Se da la salida y Nieto sale más allá de los quince
primeros. En el primer paso por meta, encabeza la carrera un despendolado Marchetti
(MBA) seguido de Bertin y... ¡Nieto!, quien en apenas dos vueltas supera y deja
atrás a los dos rivales "porque iban como locos y no quería verme
envuelto en una caída colectiva". Bertin intentaba separarse sin
conseguirlo de Marchetti mientras por detrás, Reggiani, Tormo y Bianchi
peleaban por la siguiente plaza. Marchetti abandonaría por fallo en el
encendido (o, como se rumoreó, por órdenes de equipo para ayudar a que Bianchi
consiguiera unos puntos más) y Bianchi, que no podía con sus rivales, se vió
favorecido por una caída sufrida por Tormo al pisar un trozo de cúpula de una
moto que se había caído antes. Reggiani, brillante tercero tras una buena
remontada declaró: "salí delante de Nieto, luego me pasó e intenté
seguirle para abrirme camino, pero, ¡cómo iba! Adelantó pilotos por lugares que
yo hubiera jurado con firmeza que no cabía su Minarelli". Bianchi
encabezaba la clasificación con 50 puntos por 39 de Bertin, 38 de Reggiani, 36
de Nieto, 32 de Kneubuhler y 24 de Muller.
Tras
el boicot del año anterior a Spa-Francorchamps, la cita belga del Mundial se
celebraría en el circuito de Zolder. Y allí, Nieto conseguiría una trabajada
victoria por solo 27 centésimas sobre la más rápida Motobecane de Bertin,
mientras que, con un nuevo tercer lugar en el podio, Reggiani desplazaba a
Bianchi a la cuarta posición. El campeonato se apretaba y Nieto empataba con
Bertin a 51 puntos mientras Bianchi mantenía el liderato con 58, escasa
diferencia.
En
Imatra, un nuevo triunfo de Nieto, combinado con el segundo puesto de Bianchi y
el abandono de Bertin parecía limitar la pelea por el título a dos
contendientes: Bianchi (70) y Nieto (66) con Bertin a quince puntos del
español.
Silvestone
vería resurgir los problemas de Nieto al romper su Minarelli mientras mandaba
la carrera y tras haber marcado la vuelta rápida de carrera. Su compañero
Reggiani, ejerció de forma magnífica su labor de escudero impidiendo la
victoria de Bianchi, quien además sería superado por Kneubuhler, a pesar de lo
cual, ahora disponía de 14 puntos de ventaja sobre el zamorano en la
clasificación general a falta de solo dos carreras, una situación envidiable.
La nota negra de este GP sería el gravísimo accidente de Patrick Pons. El bravo
piloto francés sufrió una caída (a unos 150 km/h) y fue arrollado por el piloto
que le seguía, el también francés Michel Rougerie. Tras entrar en coma,
fallecería unos dias más tarde. Era el segundo piloto francés fallecido en 1980
tras la muerte de Olivier Chevallier en la carrera de 250cc organizada como complemento
al Moto-Journal 200 en abril.
No
habría más opciones al título. En Brno, con el enésimo abandono de Nieto, ni la
victoria de Bertin sirvió para aplazar la celebración de Bianchi, que, con un
quinto lugar, logró los puntos suficientes como para hacer imposible que fuera
alcanzado por cualquier otro piloto: 86 puntos por 66 de Bertin y Nieto cuando
solo quedaban 15 por disputar.
El
campeonato se despedía en Nurburgring, donde Nieto esperaba lograr al menos el
subcampeonato. Sus planes eran: "Debo arrancar bien y atacar en las
primeras curvas; en la primera a izquierda me colaré al grupo que me preceda y
en el inicio de la bajada tengo que estar delante". Y así lo cumplió,
hasta que Bertin le adelantó y Ángel se conformó con seguirle esperando a
atacar en los últimos kilómetros mientras ambos se escapaban del resto. Pero
ese ataque no llegó porque precisamente en los últimos 10 kilómetros, la
Minarelli bajó de rendimiento impidiéndole pelear por esa victoria y por el
subcampeonato. Una vez más en esta temporada, la suerte le daba la espalda.
"Este
Mundial no se ha perdido ni por culpa mía, creo que éso está claro, ni por
culpa de los mecánicos. Ha sido la suerte, esa señora que juega con nuestras
vidas como si fuéramos piezas de un ajedrez. Ahora quiero demostraros que la
dama suerte no estuvo con nosotros: en Italia yo no me encontraba bien (culpa
mía hasta cierto punto) [nota de wxat:
redordad, casco mal ajustado]. En España, un tubo de freno se engancha con
la rueda. En Yugoslavia el cambio se rompe cuando había ido siempre bien. En
Inglaterra, el piñón de la sexta se desintegra de forma muy extraña. En
Checoslovaquia, el soporte del encendido se rompe. Y finalmente en Alemania, ya
sabéis lo que pasó.
De
momento me voy a tomar unas cortas vacaciones para que vuelva a mi un poco la
moral que he perdido antes de meterme de cabeza en el Campeonato de España y a
preparar mi próximo año. Además ¡porras!, que no siempre se gana y cuando se
pierde uno debe encajar como lo estoy haciendo yo..."
Volver al índice
Volver al índice
No hay comentarios:
Publicar un comentario